10/27/2004

Historia anacrónica

Preámbulo:

Dice, la introducción de un cuento de Julio Cortázar, palabras más, palabras menos:

"Pequeña historia tendiente a ilustrar lo precario de la estabilidad en la cual nos desenvolvemos, osea que las leyes podrían ceder terreno ante las imposibilidades, azares o improbabilidades: Y allí te quiero ver."

Fin del preámbulo

Sales a caminar y el azar está allí. Tu crees decidir pero quien realmente decide es el azar, ¿Por qué crees tener esas ganas repentinas de salir, de pararte y hacer nada en la calle? Sales a ver la gente y caminas, cúmulo de azares caminando. Por un azar ella trabaja y sube a un bus, en un remoto lugar, lejos de ti. Caminas y el azar juega nuevamente contigo, compras un cigarro y te lo fumas caminando y por azar pasa el viento, refresca tu cara y te sientes bien, no te das cuenta, el azar te hace sentir bien y realmente te sientes bien. Que bueno es caminar, eso piensas, escapar de esa rutilante trayectoria de nimiedades, a la cual crees haberte sometido por desdeño de otras cosas. Te sientas en una banca y ves a las palomas, cúmulo de azares picoteando y buscando, sientes asco porque no te gustan las palomas, o por azar nunca has visto a las palomas como la demás gente las ve. El azar te ha hecho decidir que las palomas están al mismo nivel de las pobres ratas, con la particularidad de que estas ratas vuelan.

Ella cree ir al trabajo, pero el azar en forma de falla mecánica le hace bajar del bus, en una esquina. Que día de perros, piensa ella. Cree tener un cúmulo de hojas sobre el escritorio, por organizar. La reunión es a las diez y ya son las nueve y media.

El azar lleva tu pie al andén y lo retuerce de forma tal que lo cruza con el otro, mientras pierdes el equilibrio y en la caída haces un gesto saludando al suelo; no es un gesto muy estético podría decirte cualquiera, pero saludas al suelo y caes de frente. Una muestra aleatoria de gente, ya sabes; la gente, te mira y ve como el azar juega contigo, y sin saberlo, con ellos mismos. Unos ríen y algunos se apresuran a ayudarte. Otros siguen caminando, prefieres los otros.

Por un oscuro ministerio de rutas, no pasa ningún bus y ella decide subirse a un taxi, y los taxistas, esos personajes de ultratumba la miran y cuatro pitan, ningún taxi es lo suficientemente bonito para ella, pero va tarde. El quinto para, abre la puerta y resulta que el taxista es Julito.

Te levantas y por azar recuerdas a Julito...Un cuarentón gordo, bonachón y siempre dispuesto a una buena charla y sientes nostalgia.

Te levantas y recuerdas como es la esposa de Julito, un muro de lamentos es poco decir o pensar. Pero que su hija. Te aburres o la improbabilidad por la cual creíste nunca caerte de manera tan escandalosa te hace fruncir el ceño.

Vuelves a casa y ves a la hija de Julito, el taxista. Ella tiene 18 años y no hace nada, tu igual tampoco haces mucho.

Ella sube al taxi de Julito y le pide acelerar y en el acelerar un choque. Quien pensaría girar sin avisar?. Y en el choque y en la pelea son las 10 y llegan los chupasangres, esta vez no tanto, y le piden bajarse del taxi y relatar lo sucedido. Tengo que irme. Son las 10. La reunión, los papeles, maldito bus, maldito taxi, maldito taxista. Ella se compadece de Julito y decide hablarle, Julito también. Este es mi teléfono. Julito tiene gracia. Julito llama y ella acepta una reunión, días después. Perdí mi trabajo. Julito se compadece y le habla, y de repente, ¡Caramba me enamoré! Y el amor es un azar prodigioso y años pasan. Y el prodigio acaba.

Hola te dice la hija de Julito, porque no me has llamado? Me acabaron de decir que te caíste, y la hija de Julito y a la mierda quien le dijo y su mamá y su llantito todos los días y porqué me case y porqué con un taxista. Entras a la casa Julito no está. Decides besarla pero por azar mejor no. Y por azar ella te toma la mano y ella te besa, pero por azar tu no. Llega su madre y te vé y te saca a escobazos de la casa y como duele ese golpe en la cabeza. Y con 26 años mereces respeto pero ¡Ah lo loca de la esposa de Julito¡ y aún en este año existen las mamás violentas, muro de lamentos.

Muro de lamentos y te duele la cabeza y la sangre en fuente brota de la cabeza. Muro de lamentos, y un grandísimo letrero -Maldito bus, maldito taxi, ahora si maldito taxista. Llegué tarde y perdí mi trabajo. !Hace ya tanto tiempo, y el prodigio acabó, tengo una hija y Julito hace un mes se murió.

Y maldito azar y maldito dolor de cabeza.